VUELTA A EMPEZAR

Acabo de escribir el artículo "La rueda de mi vida" en el Blog "Principios y Finalidades", y en él citaba que hacía más de un año y tres meses que no escribía nada.

¿Por qué?, porque como digo en dicho artículo han cambiado muchas cosas en mi vida;  he tomado muchas decisiones de cambio, y no estaba para escribir mucho.

Ahora reinicio mi caminar por esta senda del aprendizaje, pues la Vida no es más que eso: un continuo ir aprendiendo.... a ser más feliz, pues si no aprendemos nuevas cosas dejamos de crecer como personas, y si ese crecimiento no se traduce en una sensación de mayor felicidad tampoco estamos haciendo las cosas bien.

Pero ¿en qué consistiría "nuestra felicidad"?. Como ya sabéis quienes me seguís desde hace tiempo, tengo un Blog titulado "Cómo Ser y Vivir Feliz" en el que recojo, a través de más de 100 capítulos,  mis ideas, planteamientos y estrategias para tener una vida más feliz. Por tanto, ahí podría encontrarse la respuesta adecuada a la pregunta anterior. 
Pero no quiero enmarcar este artículo en el plano teórico, academicista, de ese Curso-Blog, sino que quiero abordar mis vivencias en este momento sobre ese "Volver a empezar" que da título al mismo

Y la principal de esta idea-sensación es que "se empieza de nuevo" cuando se ha tenido la consciencia de haber tocado fondo, de haberse sentido muerto o, al menos, como yo mismo expresé hace unas semanas, "sin ánima", sin alma. No solo sin ánimo, que podría entenderse que es lo mismo, pero esa palabra la sitúo yo más en el plano físico, o incluso en el anímico, pero con una cierta dimensión temporal, que puede producirse en un día (puf, hoy me encuentro flojísimo, etc..), o en algo más de tiempo (jo, es que llevo una temporada que no tengo ganas de nada, etc...); mientras que quedarse "sin ánima", sentirse sin ánima, es una vivencia mental; es tener la vivencia de ser consciente que estás actuando y sintiendo como un mero animal o como un vegetal; donde la luz del amanecer inicia un día en que te limitas a comer y descomer , o incluso a hacer y hacer y más hacer porque esa es tu única razón de vivir, de levantarte. Es una toma de consciencia de no existir objetivos vitales, pensamientos o sentimientos filosóficos de ningún tipo. Físicamente incluso puedes estar súper activo, desbocado de actividad externa; interiormente te has vaciado.

Entonces, solo partiendo de ese punto, de ser consciente de esa situación, un día, por la razón que sea, te reencuentras contigo mismo, con tus valores, con tu filosofía, y comienzas a caminar de nuevo; y no con una "gran decisión" ni batiendo records de "fuerza de voluntad y constancia", sino simplemente con la felicidad sentida de ese reencuentro con tu ánima, con tu alma.

Y en ese reencuentro contigo mismo te das cuenta que ha habido un cambio en tí; no un cambio drástico; ni son las circunstancias las que determinan totalmente ese cambio, simplemente has vivido un periodo de tiempo en que has crecido, porque has vivido experiencias de las que has aprendido cosas.... que has incorporado a tu nueva forma de ser, de sentir.

Para mí, "la Felicidad" no es algo objetivo, (externo), que se pueda encontrar o comprar en algún sitio. La felicidad es "sentirse bien, mejor" en cada instante. Y ¿cómo creo que una persona se "siente mejor"? Cuando incorpora a su interior -mental o físicamente incluso (medicina)- algo que le produce una sensación placentera; pero no basta con eso, además se necesita una toma de consciencia expansiva. Por ejemplo, mientras escribo este artículo, me he puesto un LP de música. La música que estoy escuchando es maravillosa, por sí misma relajante y acrecentadora de la sensación de paz y bienestar; pero lo que a mí me está haciendo "más feliz" es ser consciente de que he decidido levantarme para elegir y poner esta música, y de que la estoy escuchando y escribiendo sobre ella. Esta experiencia musical la estoy interiorizando, incorporando a mi ser actual, a mi esencia, a mi alma de este momento.

He recuperado mi ánima. 
En cualquier momento se puede volver a empezar,.... siempre y cuando reconozcamos y asumamos que estábamos vacíos, vaciados.



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