Ayer se cumplió el primer centenario (15 de abril de 1915)
del estreno del ballet “El Amor Brujo”, del compositor español Manuel de Falla en
el Teatro Lara de Madrid.
Este primer “baile de gitanería” tiene como argumento la
historia de Candela, una muchacha gitana, cuyo amor por Carmelo se ve
atormentado por su descreído antiguo amante. La obra es de carácter
marcadamente andaluz, tanto en lo musical como en lo literario. El libreto fue
escrito por Gregorio Martínez Sierra en dialecto andaluz, si bien se ha llegado
a poner en duda su autoría, en favor de su mujer, María de la O Lejárraga
García. La música contiene momentos de gran belleza y originalidad, e incluye
las famosas Danza ritual del fuego, la Canción del fuego fatuo y Danza del
terror. Una historia de hechizos, de brujería, donde el espectro del amante
muerto de Candela se le aparece celoso ante sus amores con Carmelo
Esta versión fue estrenada con Pastora Imperio en el
papel femenino principal.
A continuación pongo una foto que recuerda aquel momento,
el comienzo de la crónica en el periódico, y una caricatura al respecto
La acogida inicial del público no fue demasiado
entusiasta, por lo que Falla decidió de inmediato hacer nuevas versiones de la
obra, una arreglando la partitura para orquesta sinfónica, y con tres canciones
cortas para mezzo-soprano; y la segunda para un nuevo “gran ballet”.
Este “gran ballet” no vio la luz hasta su estreno en
París, en el Trianon Lyrique, el 22 de mayo de 1926, interpretado por Antonia
Mercé La Argentinita (Candelas), Vicente Escudero (Carmelo) y Georges Wague
(Espectro), con la orquesta titular del teatro, dirigida por el propio Falla. A
partir de esa fecha y de su triunfo en París ha sido referencia obligada en
todos los conjuntos y figuras del ballet españoles.
Por lo que respecta a la nueva adaptación sinfónica, la
obra se presentó y escuchó por primera vez el 28 de Marzo de 1916, entre otras
obras de un concierto organizado por la Sociedad Nacional de Música, dirigido
por Enrique Fernández Arbós al frente de la Orquesta Sinfónica, y en el Hotel
Ritz de Madrid, cuyo salón real era admirado por sus cualidades acústicas. El
éxito fue total y desde entonces esta pieza se ha convertido en una de las más
famosas del autor y una de las obras sinfónicas españolas más ejecutadas en las
salas de concierto de todo el mundo.
Falla compone la partitura al regresar a Madrid, tras siete
años viviendo a fondo el mundo musical parisino, y en un momento de eclosión
creativa que le lleva a componer tres obras irrepetibles: “El amor brujo”, “Noches
en los jardines de España” y “El sombrero de tres picos”, que si por
separado pueden considerarse auténticas joyas, juntas representan una obra de síntesis
y transformación artística de lo más profundo del espíritu andaluz, que sólo
puede ser realizado por un genio de la categoría de Falla.
No se ha creado aún una obra musical, teatral o literaria
que aglutine en un argumento único común las tres obras. Puede que a algunos
incluso les parezca una herejía este planteamiento; pero hay muchos artículos
de expertos tratadistas del flamenco y de la música en general, que siempre que
comentan algo de una cualquiera de estas obras acaban hablando de las tres, y
del mismo espíritu que se encuentra en el desarrollo de las mismas. Cada obra
tiene diversos actos; ¿no serán en sí mismas tres actos de una obra conjunta
que Falla tenía en su cabeza?
En un interesante artículo de J.
José Ruiz Molinero, en "Málaga Hoy", con motivo de este centenario, cita al “Romancero”
de Federico García Lorca como ejemplo de “unidad anímica” gitana más allá de la
pormenorización de cada uno de sus versos, que si en sí mismos tienen entidad,
la tienen mucho más en su perspectiva conjunta, y dice J.J. Ruiz: “Por eso
Falla, en algún momento, prefiere retirar “El amor brujo” como obra escénica.
Sabe muy bien que como espectáculo pierde su profunda emoción de rito popular,
milenario y casi perdido”.
Y para completar esta pequeña colaboración al centenario
de una de las obras que más me gusta escuchar, voy a incluir cuatro piezas
audiovisuales para que cada uno pueda disfrutar más según sus preferencias.
La primera es un vídeo que corresponde a la Danza Ritual del Fuego y Canción del Fuego
Fatuo, de la primera versión de la película de Carlos Saura
En segundo lugar, otro vídeo muy popular: la
interpretación de Daniel Barenboim al frente de la Orquesta Sinfónica de
Chicago
Y ahora, para los que quieran hacer alguna otra cosilla con
una música de fondo, sin tener que estar pendientes de ver la pantalla, os
traigo dos versiones de las más populares descargas de la versión coral.
....Pero como algunos de los lectores de este Blog pueden encontrar alhguna dificultad para escuchar los archivos de audio ( que se llaman versión 1 y versión 2) que están en la "nube", tened en cuenta este procedimiento:
....Pero como algunos de los lectores de este Blog pueden encontrar alhguna dificultad para escuchar los archivos de audio ( que se llaman versión 1 y versión 2) que están en la "nube", tened en cuenta este procedimiento:
- Cuando pinchéis encima de las imágenes siguientes. se abrirá el enlace a GD. Debéis pinchar en la flacita de descarga y os saldrá un mensaje de que GD no ha podido comprobar si el fichero de audio tiene virus "POR SU TAMAÑO". pero no lo tiene, comprobado, así que seguir adelante
- Entonces, una vez que pinchéis en "descargar de todos modos" se os abrirá una ventana de diálogo en las que os ofrecen abrir el fichero con el programa básico de windows; pincháis en aceptar ....y a oir la música
Por supuesto no es el único camino para escuchar las músicas, para los que dominen otras opciones.
En cualquier caso, si alguien tiene dificultades ya sabéis que me lo pedís por email y os mando todo directamente
Bien, pues una vez hechas estas observaciones, aquí tenéis las dos versiones vocales
En cualquier caso, si alguien tiene dificultades ya sabéis que me lo pedís por email y os mando todo directamente
Bien, pues una vez hechas estas observaciones, aquí tenéis las dos versiones vocales
La primera es la de “Escenas Gitanas”, por Teresa
Berganza y García Navarro, con la London Symphony Orchestra, cuya duración es
de 25 minutos porque incluye alguna canción más
Y la segunda es
justo de la mitad de duración (12 minutos) y es la versión de de Ernest Ansermet, al frente de la Suisse
Romande, que suele ser considerada como una de las más genuinas con la
concepción de Falla, ya que se cuenta que el propio Falla le explicó a Ernest
Ansermet el diseño de la misma y el significado final de las campanas y del
nuevo amanecer al final de la obra.
Espero que os haya aportado una opción más para el finde.
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