Quienes
más me conocen, quienes más me tratan, quienes más me quieren, suelen decirme
que tengo una mente demasiado rebuscada, que doy demasiadas vueltas a las
cosas, que todo lo complico, que no sé vivir las cosas de forma sencilla, tal
como son. Si esto dicen los que más me tratan, los que más me conocen, los que
más me quieren…. supongo que no hay más que darles la razón; …y si no, ¿¡qué es lo que estoy haciendo en estos
momentos sino eso mismo!?
Y
es muy probable que para muchas personas (no quiero admitir sin más que “para
la mayoría”) esta forma mía de ver-pensar las cosas no sea buena, por no decir
que es realmente mala y perjudicial. Yo creo que no; y aunque últimamente me
repiten demasiado que soy un “TOC”, no creo que esta forma “semi-automática” de
que mi mente se ponga en marcha inmediatamente con las primeras impresiones,
con los primeros sentimientos de cualquier hecho o situación sea realmente una
manía ….a procurar evitar, o corregir. Yo no me siento mal por ello;
simplemente “vivo” así.
Y
todo esto viene a cuento de la imagen que encabeza este artículo. Esta imagen,
con esa leyenda al pié de “Buenas Noches”, era el saludo de despedida del día
de ayer de una persona en Facebook. Yo no la vi ayer por la noche, sino que la
he visto esta mañana y tras el primer e inmediato impacto visual de belleza y
naturalidad ha surgido ese diablillo mental al que me he referido y he empezado
a ver, sentir e interpretar otras muchas cosas del cuadro hasta llegar a
convencerme que es un amanecer y no un atardecer, y la historia la siguiente:
La
chica está triste, pensativa, con una postura de piernas protectora, con una
camisola como de noche, su pelo recogido sin cuidado peinado, y apoyado a su
lado un candil que ya no hace falta con la luz del día que ya ilumina todo el
río. Esta chica vino de noche al río; no sé si lo hizo sola, o luego se quedó
sola; no sé si tuvo una buena noche… o no fue tan feliz; no sé si vino a lavarse,
o a escuchar el agua corriendo hacia un nuevo destino, ….
….pero
en cualquier caso, ha amanecido un nuevo día, el candil habrá que apagarlo,
volver a casa, y crecer con los pensamientos que se han tenido en esas horas de
soledad.
Así
es mi mente; así son mis pensamientos; ….¿así es la vida?
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