Soy
una persona que respeto al máximo que cada cual tenga sus propias ideas, sus
propios criterios políticos, y hasta sociales. Con lo que estoy de acuerdo lo
digo, y con lo que no coincido también. Y hasta acepto que haya gente que defienda y vote siempre
a un determinado partido, pase lo que pase, porque su capacidad de
discernimiento no tiene cabida en ese tema; pero ayer me pasó algo tan original
que aún estoy un poco trastornado
Resulta
que estando charlando con unos amigos sobre todos los sucesos de esta semana (y
de las semanas y meses anteriores), principalmente del tema del contagio de
ébola sufrido por Mª Teresa Romero y las tarjetas negras de Bankia, uno de los
miembros del grupo, votante y defensor acérrimo del PP, soltó (entre risas) la
siguiente afirmación: “¿sabéis cómo pasará a la historia esta primera
legislatura del Gobierno de Rajoy?, pues como el Gobierno que no solo rescató a
España del pozo económico en que se encontraba, sino que, además, acabó sacando
a la luz todos los casos de corrupción y mentiras que había por todas partes.
El saneamiento que está haciendo Rajoy de la sociedad española no se había
hecho nunca”
Evidentemente,
es imposible trasladar a este papel las caras, miradas y demás muestras de
asombro que hubo en muchos de nosotros. Como he dicho antes, yo aún estoy un
poco perdido mentalmente: ¿Es posible que se pueda llegar a manipular, a
transformar la forma de pensar y sentir de las personas hasta ese extremo?. ¿Es
posible que toda la mierda que está saliendo a flote por las acciones de otros
partidos, de los jueces, de los servicios funcionariales de inspección y --sobre
todo—de los movimientos populares reivindicativos, pueda ser vista como una
acción de este Gobierno?
De
verdad que si esto es posible, no en mi amigo en particular, sino -¿quizás?- hasta
en el 50%, o más, de los 8 M de personas que votaron hace tres años al PP y le
dieron el poder absoluto, España tiene un problema muy grave.
Y ¿sabéis
cuál es la razón de todo esto?, pues muy sencilla: que ha desaparecido
absolutamente los conceptos de ética y responsabilidad en el seno de nuestros
actuales gobernantes. ¿De qué limpieza ética pueden hablar quien hacen todo lo
posible por exonerar de toda responsabilidad y culpa a la Infanta Cristina,
mientras que meten en la cárcel y embargan todos sus bienes a personas “normales”
en situaciones idénticas de relaciones financieras-matrimoniales?.
¿De
qué corrupción nos han librado por su propia iniciativa en los casos de los
políticos imputados de la Comunidad Valenciana, y otras, casos demorados una y
otra vez con todo tipo de triquiñuelas procesales?
¿De
qué ética y responsabilidad pueden presumir quienes tratan de tapar cualquier
responsabilización administrativa en los casos del accidente del metro de
Valencia, o del Ave en Santiago, cargándosela exclusivamente a los maquinistas
fallecidos?.
¿Cómo
pueden sentirse orgullosos de no pronunciar ni una sola palabra de posible
responsabilidad organizacional y de prevención y seguridad en el caso del
contagio de Teresa, y le echan a ella exclusivamente la culpa con expresiones
tan despreciables y chulescas como las del Consejero de Sanidad de la Comunidad
de Madrid ….que aún sigue en su puesto?
¿Cómo
es posible que puedan “ignorar” todo lo que han tenido que ir aceptando,
modificando sus iniciales planteamientos, en base a la fuerza de los
movimientos populares en la calle?
¿Cómo
pueden sentirse orgullosos de que la misma entidad en que sus directores Rato,
Bielsa y compañía se gastaban miles de euros en todo tipo de lujos y caprichos,
siga manteniendo arruinados a cientos de jubilados que invirtieron –engañados- todos
sus ahorros en productos fraudulentos?
¿Cómo
puede uno sentirse respaldado por un Presidente del gobierno que es tenido por
todos los sociólogos y politólogos como un experto en no dar la cara y hacer
del silencio su modus operandi?
Y así
podríamos seguir y seguir.
Es probable
que muchas y muchos de los que hayáis leído este artículo hasta aquí estéis de
acuerdo con las preguntas que me hago tratando de comprender cómo puede
tergiversarse la realidad de esa forma, pero ¿seréis capaces de comprender el
siguiente comentario que hizo nuestro amigo en cuestión?; atentos
Nuestro
“convencidísimo” interlocutor acabó la discusión y los comentarios que se
estaban haciendo sobre Rajoy con la siguiente sentencia: “Criticáis mucho a
Rajoy por lo que hace y por lo que no hace; pues bien, al final de la
legislatura me diréis si hay algo mejor que dejar que las cosas se arreglen por
sí mismas, o por los directamente afectados, que intentar solucionarlas por
estar obligado a hacerlo. Y ese es el gran valor de Rajoy como Presidente: que
sabe muy bien lo que no debe hacer”
Como
dijo aquél otro escamoteador de la verdad y despreciante de los
sentimientos de los familiares de fallecidos en el accidente del Yak
42: ¡¡Manda huevos!!
Sinceramente,
en ese momento fue cuando nos quedamos realmente sin palabras
Así
que ya sabéis, queridas amigas y queridos amigos: en las próximas elecciones
hay que elegir como gobernantes a aquellos que entendamos que van a hacer menos,
porque las cosas se arreglan por sí mismas o por los afectados. Y no hay que
preocuparse de sentirse responsables de nada. Simplemente hay que seguir inmutables
ante cualquier acontecimiento o situación!!!
¡¡Coño,
¿y si tuvieran razón?!!
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