Esta vez de la tolosarra M.L.I., que me manda una corta pero profunda historia, que nos permite pensar un poco en cuánto vale una sonrisa, un saludo, un sincero aprecio por los demás.
Esta es la historia:
En una planta empaquetadora
de carne en Noruega, antes de finalizar su jornada de trabajo un empleado fue a una de las cámaras
frigoríficas para inspeccionar algo; de forma accidental se cerró la puerta de golpe y se quedó
atrapado dentro de la cámara.
El hombre golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar, pero nadie le escuchaba. La mayoría de los trabajadores se habían ido a sus casa, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía la puerta.
Llevaba dos horas en el refrigerador y se encontraba ya al borde de la muerte cuando de repente se abrió la puerta; era el guardia de seguridad, entró y lo rescató.
Después de esto, le preguntaron al guardia a qué se debió que se le ocurriera abrir esa puerta no siendo parte de su rutina de trabajo.
A lo que él explicó: Llevo trabajando en esta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero él es el único que me saluda en la mañana y se despide de mi, por las tardes.
Después de esto, le preguntaron al guardia a qué se debió que se le ocurriera abrir esa puerta no siendo parte de su rutina de trabajo.
A lo que él explicó: Llevo trabajando en esta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero él es el único que me saluda en la mañana y se despide de mi, por las tardes.
El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible.
Hoy me dijo “hola” a la entrada, pero no le escuché su habitual y cariñoso “hasta mañana”.
Yo espero por ese hola, buenos días, y ese hasta mañana, cada día.
Sabiendo que todavía no se había despedido de mi, pensé que debía estar en
algún lugar del edificio, por lo que lo busqué y lo encontré.¡¡ Cuánto amor podemos dar a nuestro alrededor con un simple saludo, con una simple sonrisa!!
Y ¡¡quién sabe!!, en esta vida se recoge lo que se siembra; ....quizás un saludo un día nos salve la vida
A mi el ""profe"" me soríe siempre y eso me anima
ResponderEliminarPues ya sabes: a sonreir a todo el mundo, ....y a aprender a recibir sonrisas de los demás; ....que a veces parece que nos molestan
ResponderEliminarSolo molestan las sonrisas forzadas ...las sinceras son tán bonitas que da gusto recibirlas.
ResponderEliminarPues hemos de lograr que ni siquiera las forzadas nos sienten mal. No nos transmitirán el mismo calor y bienestar; pero no por ello debemos sentirnos mal, Allá ellos
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