¿SE PUEDE SER PROFESOR, MAESTRO, SIN HUMILDAD?


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Hoy, a mis 73 años ya, y más de seis desde que inicié este Blog, he vuelto a aprender una lección de esta "universidad" de la vida; una lección básica para cualquiera que pueda querer sentirse profesor, maestro, enseñante de algo: y es que es imposible aportar nada a nadie sino se hace desde la humildad, desde la humildad de que sólo sabemos una infinitesimal parte de los conocimientos que tienen el conjunto del resto de las personas, de los países, de las culturas.

Todo ha surgido cuando, visitándome mis hijas y nietas, detectaron un cierto tono de tristeza en mí, que yo atribuía a no estar  --ya-- en la dinámica de impartición de cursos y talleres de formación, que sigo considerando el estado de mayor satisfacción que he tenido en mi vida. Y, en la conversación, volví a utilizar mi manida queja de que "...es que me da tanta rabia no poder aportar a los demás todo lo que llevo dentro...."

En principio, esta idea, este pensamiento, (que sin duda en mí es distorsionante de mi bienestar), podría hasta aceptarse como válido, normal, comprensible, pero lo verdaderamente positivo fué lo que sucedió a continuación: Mi nieta pequeña me preguntó si podía ayudarla a hacer listas de música en la tablet; y yo, con toda mi espontaneidad, la contesté que yo no sabía hacer eso, a lo que ella respondió: "bueno, pues podemos buscarlo por internet y lo aprendemos juntos"....; y yo tomé consciencia de que "no lo sé todo.... ni mucho menos"; y tan fué así que de inmediato me fuí a Google e hice esta búsqueda

Y ante la inmensidad de esos más de 12 millones de posibles válidas respuestas a lo que me preguntaba mi nieta y yo no sabía responderle, se me ocurrió también buscar cuántas "respuestas" podría haber respecto a la "Gestión Emocional" de la que "tan experto"  me considero yo, y me encontré con una cifra aún mayor: más de 14 millones



Una de mis buenas costumbres es que prácticamente cada día abro al azar una cualquiera de mis entradas en cada uno de los tres blogs que he ido escribiendo en estos últimos años. Y justo ahora, mientras escribía este artículo, por azar, abrí el titulado ¿Dónde está la sabiduría?, del Blog "PRINCIPIO Y FIN", y  --como casi siempre me pasa--  el contenido del mismo era exactamente lo que necesitaba releer, repensar, volver a sentir en estos momentos.

Así que  Humildad y Empatía: comprender la realidad de mi situación vital actual: 73 años, retirado, y con buena salud; no crearme exigencias y necesidades falsas; no pensar continuamente que "hay alguien que me necesita, que necesita que le enseñe"; sino, simplemente, ser humilde y empatizar con los demás para poder interactuar con ellos, en un plano de igualdad, con sus ideas y sus conocimientos, aprendiendiendo mutuamente; pues la persona, como cualquier planta, o crece, o está muriéndose ya; si creo que sigo teniendo que enseñar (...¿porque todo los sé?) en vez de dedicarme a seguir aprendiendo, ...¿podría estar ya  "no creciendo"?, ¿"muriendo"?






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